Por Jaclyne Badal The Wall Street Journal El verano ya está aquí, una oportunidad perfecta para enseñarle a sus hijos o nietos sobre el dinero. Muchos jóvenes están recibiendo pagos por trabajos de verano y algunos recibieron efectivo como regalo de graduación. Pero así como gozan de ingresos adicionales, enfrentan varias tentaciones para gastarlo todo. Desafortunadamente, muchos padres no aprovechan la gran cantidad de oportunidades para enseñar lecciones financieras. Una reciente encuesta a 1.000 adolescentes patrocinada por la firma de corretaje Charles Schwab encontró que aunque los padres hablan a sus hijos sobre dinero, estas conversaciones no tocan temas específicos. Sólo un 24% de los adolescentes dice que ha aprendido a usar responsablemente sus tarjetas de crédito gracias a sus padres, mientras que sólo el 20% dice que sus padres les enseñaron cómo invertir dinero sabiamente para hacerlo crecer. Por lo tanto, he aquí una guía de temas que los asesores financieros y educadores dicen que debería comenzar a enseñarle a sus hijos en cuatro edades clave. 5 años (escuela primaria) Los primeros años son el momento para que los niños cultiven buenos hábitos, como ahorrar y vivir de acuerdo a sus ingresos, así no entiendan por qué estos comportamientos son importantes. "A esta edad [los niños] creen lo que sus padres les dicen", observa Laura Levine, directora ejecutiva de la Coalición JumpStart para el Alfabetismo en Finanzas Personales. Los padres pueden pedirle a sus niños que separen una porción de su dinero y que la pongan en una alcancía, sin explicarles la teoría de una reserva de emergencia. También pueden establecer límites de gasto al darles a sus hijos una mesada y obligándolos a ceñirse a ella. Querrá enseñar el concepto de que no pueden gastar $1.10 cuando sólo tienen $1. Limitar el dinero con el que cuentan los niños es un buen truco durante las vacaciones. No compre esas orejas de Mickey Mouse bajo la promesa de que su hijo le pagará después. En cambio, pregúnteles con anticipación cuánto dinero van a llevar y asegúrese de que se ciñan a ese presupuesto. Puede decirles cuánto está dispuesto a pagar por los souvenirs y permita que se queden con lo que no gasten. En casa, explíquele cómo ahorrar dinero en el día a día. Tal vez escoger el helado pequeño en vez del grande le ahorrará $1 y 200 calorías. 12 años (escuela intermedia) A medida que los niños crecen, están listos para entender las bases de un presupuesto y la inversión. Carl George, un contador de Illinois, dice que es una buena idea preguntarle a los niños cómo están gastando su dinero. Discuta sus decisiones y prioridades y establezca paralelos con su propia vida. Revise el presupuesto familiar e intercambie ideas sobre cómo encontrar buenos descuentos y planear grandes compras. Una buena idea para introducir a los adolescentes a la responsabilidad financiera es pedirles cuando tengan 13 ó 14 años que reserven dinero para sus necesidades básicas y que llenen una declaración de gastos si desean que se les reembolse dinero, asegura Loretta Abrams, vicepresidenta de asuntos del consumidor de HSBC en EE.UU. Discuta los lineamientos con anticipación y sígalos al pie de la letra, para que los niños no aprendan a gastar $100 en un par de jeans cuando la regla es $50. También considere ayudar a los jóvenes a seleccionar formas para invertir sus ahorros, si no lo han hecho aún. Discuta si invertir en un certificado de depósito de bajo riesgo o un fondo de mercado de dinero, que le podría dar un retorno de 5% al año, o un fondo mutuo de acciones con el potencial de tener una mayor volatilidad. 16 años (secundaria) A medida que los adolescentes comienzan a conducir y a trabajar los fines de semana, pídales que se encarguen de tomar mayores decisiones y crear presupuestos más detallados para prepararse para lo inesperado. Por ejemplo, si su hijo maneja coche, pídale que busque el mejor precio en el seguro y diseñe un presupuesto que tenga en cuenta cosas como cambios de aceite y posibles cuentas de reparación. Si su hijo tiene un trabajo de verano, deje claro que espera que parte del dinero sea consignando en una cuenta de ahorros. Una forma de hacer esto es estableciendo transferencias automáticas de una cuenta de cheques a una cuenta de ahorro, para eliminar la tentación de gastar cada centavo. Kristine Dixon, directora de educación al consumidor de Charles Schwab, asesora a los practicantes de la firma para que ahorren desde temprano y constantemente. "Incorpore el ahorro a su rutina habitual", aconseja. "Como lavarse los dientes". 18 años (universidad) El último paso es enseñarles prudencia a los adolescentes. A los 18, los jóvenes pueden solicitar tarjetas de crédito y firmar contratos con gimnasios, bancos y empresas celulares. Explíquele que debe ser muy precavido como comprador y que tiene que ver las ofertas con cierto escepticismo. Asegúrese de hablar con ellos sobre deuda. Su hijo debe entender que para tener una buena calificación de crédito, es clave tener una tarjeta con un balance bajo y un historial de pagos a tiempo. Adviértale sobre errores comunes, como acumular muchas compras pequeñas (que se pueden convertir en balances mensuales gigantescos) o solicitar tarjetas muy a menudo. Pero sobre todo, envíe a sus hijos a la universidad con una sensación de que conocen sus límites. "Hay tanto que aprender, que es imposible saberlo todo", es el consejo que Levine le da a los recién graduados. "Así que antes de tomar decisiones, haga preguntas".
Lecciones financieras que todo padre debe enseñar
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